Mi nombre es Luis y tengo 19 años. Mis inicios en la caza se remontan tan solo cuatro años atrás, ya que, por distintos factores, a pesar de haber sido siempre un amante de la naturaleza, no fue hasta los 15 años cuando fui a mi primera jornada de caza.
Ésta fue una montería a la que acompañé a mi padre. Desde ese día supe que esto, la caza, iba a ser lo mío.
Tan solo tres años han pasado, y ya no soy capaz de imaginar mi vida sin la caza. Ha pasado de ser una afición; a ser una pasión, una forma de vida, e incluso una necesidad y según muchos una obsesión.
Ahora que paso tantas horas encerrado en la biblioteca estudiando, la caza es mi principal forma de evadirme y descansar, por unas horas, del estrés de la semana. Es por esto que durante la temporada, voy a cazar todas las semanas sin importar cuanto tenga que estudiar.
Disfruto de todas las modalidades, siendo las que más disfruto y a las que más tiempo dedico la caza en mano en la menor, y la espera y el rececho en la mayor.
Además de disfrutar de las jornadas de caza, me gusta implicarme en todo lo relacionado con la caza y el campo, y soy miembro de la directiva de JOCAMA. Soy consciente de que nuestra actividad atraviesa malos momentos con respecto a la aceptación social. Sin embargo, considero que mediante la divulgación y el diálogo se puede cambiar la mente de muchas personas desconocedoras del tema. Por esta razón, considero importante que desde las asociaciones de jóvenes cazadores realicemos un buen trabajo para impulsar, dar a conocer, y defender la actividad cinegética.
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