Me llamo Esther de la Fuente, tengo 19 años, y soy de un pueblecito de Zamora.
Sé que no soy la clase de mujer cazadora a la que estáis acostumbrados. No subo imágenes cada día, no he recechado en mi vida, ni tengo dinero para poder permitirme cazar a diario ni tengo a nadie que me saque fotos.
Tampoco tengo una pareja que comparta mi pasión, y sé lo justo de armas y munición. No me patrocina ninguna marca, ni me gasto 300€ en un puesto de Montería.
Confieso que la caza menor no me entusiasma, mientras que la mayor me roba el sueño, y cada día me da que aprender.
Soy rehalera, y muchas veces me canso de caminar, (creo que no reconocen lo suficiente el trabajo de un rehalero), y no me sé todas las razas de perros.
Me gusta mucho ir a puesto, la rapidez de la presa, y el disparar. Ahí tampoco os quiero mentir... He fallado muchísimos jabalíes (pero como dice mi padre "cortando huevos se aprende a capar").
Creo que las redes sociales, en su mayoría, distorsionan la realidad y quería que conocierais un poco mi realidad más verdadera.
También soy la vicepresidenta de la Asociación de Jóvenes Cazadores (JOCACyL), y desde aquí os animo a informaros un poquito sobre ella, a seguirnos en redes sociales (@jocacyl), y a formar parte de esta gran familia.
No quiero ser influencer, no busco llenarme de seguidores, quiero seguir así; siendo quien y cómo soy, aprendiendo siempre, no quiero saberlo todo (la vida perdería su magia), y quiero que seamos una pequeña familia de cazadores a quienes contar la caza desde mi punto de vista, y con quien compartir mis escasas fotografías.
Si decidís dejar de seguirme después de leer esto, no os juzgare, sé que NO SOY LA CLASE DE CAZADORA A LA QUE ESTÁIS ACOSTUMBRADOS.
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