ÁLVARO LOBO





Mi nombre es  Álvaro lobo,os voy a contar un poco sobre mi vida, sobre mi afición.

Me inicié en la caza desde que tenía uso de razón, mi padre y unos amigos tenían rehalas y me acuerdo de cuando tenía 3 añitos ir todos los días a jugar con los perros. Me encantaba y a ellos también,  curiosamente, tenia un perro que se llamaba Tayson, un alano con presa canario, que se ponía a mi lado y no dejaba que ningún otro perro se acercara, ya que cuando venían en el ímpetu de verme y jugar conmigo me tiraban al suelo y yo me ponía a llorar, cosas de tener 3 añitos.

La verdad que era muy bonito estar todos los días con los perros, pero al ser tan pequeño no iba de monterías ni nada. Poco después eso sí, a los 5 años mi padre comenzó a llevarme a las palomas y yo me lo pasaba pipa aunque no pasara ninguna, ya solo con estar en el campo me era suficiente.



Al final todo llega y tendría ya los 7 u 8 años cuando llego de mi primera montería, recuerdo que fue en Megina. Fuimos de puesto mi padre y yo, y éste pudo abatir un jabalí que luego rematé yo a cuchillo con mis propios perros, fue una experiencia inolvidable. Al llegar el perrero, que como digo era de nuestra rehala, me dijo que si quería seguir con el la montería con los perros, ni me lo pensé, por más que me dijo mi padre que estaba muy espeso, cosa que más tarde me daría cuenta que era cierto, pero la afición y las ganas que tenía de ir con los perros podían más que un monte duro. Al terminar la montería vi la recogida de perros, las charlas y el excelente compañerismo de las otras rehalas. Desde ese momento ya empecé a ir todos los días con la rehala sin parar, sábados, domingos ni festivos.



Llegó un día en el que mi padre empezó a trabajar los sábados, y  debido a muchos factores, pensó en quitar la rehala, pero le convencí y empecé a formar parte de ella con 16 años, era parte de mi , trabajaba de 8 de la mañana a 19:00,y estaba deseando salir para pasar tiempo con mis bichejos, los limpiabamos todos los días, les preparábanos calderos. Había días que mis padres me llamaban para preguntarme dónde estaba, que eran las doce de la noche y seguía allí, era mi vida, por muchas penurias que pasaramos, seguía siendo mi gran vicio, (penurias me refiero a la climatología, monterías muy duras de andar, cosas así, y también a detalles de organicas como comer separado de los puestos y cosas así, que nunca entenderé por qué sin  perreros ni puestos no hay monterias) .



Todo llega a su fin y a los 22 años tuvimos que decir adiós a la rehala, ya que con el trabajo nuevo que tenía no podía estar tanto tiempo con los perros como antes, y tampoco ayudaba las trabas administrativas que surgieron entonces. Fue unos de lo monentos más duros que he pasado, ya que lo que era mi vida se me iba a ir pero, como dije antes, en la caza hay  mucho compañerismo, y muchas amigos rehaleros conocidos durante todos estos años empezaron a llamarme para decirme que fuera con ellos los dias que quisiera.

ESTA ES LA CAZA QUE ME GUSTA, EL COMPAÑERISMO ENTRE TODOS, AYUDARNOS A LO QUE HAGA FALTA SIN PEDIR NADA A CAMBIO.

Ahora sigo yendo de caza igual que antes, aunque he ido adaptandome y he incorporado a mis jornadas la caza menor con mis podencos, y también la mayor a puesto. La afición y la pasión es mucha y la caza es una historia que necesito siga en mi vida.



Por esto mismo y preocupado por la situación actual de la caza, estoy metido en una asociación juvenil, JOCAMA, en favor  y promoción de la caza, pues pienso que desde la unidad y la formación de los jóvenes podemos ayudar a que la caza muestre una mejor imagen y defenderla ante una parte de la sociedad que por desgracia ha perdido su identidad y la ataca sin conocimiento.






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