El amplio espectro que comprende la caza es tan grande como cazadores la practican. Cada uno tiene una particular forma de verla, practicarla e incluso de sentirla. Otros directamente la tienen como medio de vida, pues sus profesiones o jornales dependen directamente de ella, independientemente de que tengan mayor o menor pasión por la misma. Incluso los hay que por medio de ella, les gusta preponderarse y estar en la foto o sujetando la bandera, si es que la hay, de la caza. Evidentemente por todo lo anterior es deducible, que pueden surgir las envidias entre unos y otros en busca de protagonismo o por el mero hecho de acercar las ascuas a su sardina... y es esto último uno de los grandes males de nuestro mundillo, aquel que tan entredicho pone a prueba nuestra unidad, aquel que no deja de crear conflictos aquí y allá, y que por supuesto en algo tan transversal para el sector como ha significado la manifestación del 20MRural ha vuelto a manifestarse.
De entrada no podemos dejar de hablar que es más que lamentable que haya habido dos manifestaciones previas a la del #20MRural que no fuesen capaces de alinearse con la que agregaba más colectivo como a todas luces se ha evidenciado con el tiempo era la de marzo. Y no por poco, pues estas dos primeras casi pasaron de puntillas por los medios especializados y muchos cazadores ni se enteraron de que se realizaron, o simplemente no quisieron ir porque no se sentían representados por las mismas. No tildaré si fueron mejores o peores que la del 20M, pero si que fueron muy poco respaldadas. Sin mucho más que analizar al respecto parece obvio que cuando aquellos que se erigen como representantes del colectivo por una cosa u otra son incapaces de unirse o alinearse bajo un fin común, ya algo falla.
El #20MRural como ya hemos comentado en el primer capítulo, fue un éxito sin precedentes, donde sí hubo un espaldarazo a la causa común que nos debería unir a todos, un grito unánime para hacernos sentir que estamos hartos de las políticas que llevan afectándonos, que nos quieren afectar nuevamente y que amenazan seriamente a nuestra actividad para ponerle cerco definitivamente, sin mayor sesgo que el ideológico que además no tiene el respaldo que llevan años intentando vender. A todas luces está y se puede ver a raíz de esta manifestación. QUE A NADIE SE LE OLVIDE ESTO, QUE LO IMPORTANTE ES LA FOTO, PUES UNA IMAGEN HABLA MÁS QUE MIL PALABRAS.
Como vimos en el capítulo dos de este serial que ando escribiendo, las primeras horas post-manifestación se movieron especialmente entre el éxtasis por lo conseguido, y por las primeras informaciones que compartieron especialmente los medios televisivos del evento donde por medio de una manipulación más que evidente decidieron obviarnos en algunos casos y en otros mencionarnos de puntillas de forma general. Esto cayó como cayó en el colectivo, y la depresión, las envidias, los ventiladores de mierda y la desinformación comenzaron a extenderse.
La depresión fue unánime. Liar la que se lio, con más del 80% de los asistentes procedentes del sector cinegético, y tener ese poco respaldo en los medios para acercar al ciudadano de a pie nuestros problemas, fue golpe duro. La ilusión generada se daba de bruces con la triste realidad de la manipulación de los medios, unos medios que siguen influenciados indudablemente por la fuerza de los sectores animalistas y pseudoecologistas, pese a que estos cada vez generan más rechazo por razones obvias especialmente en el mundo rural. Empezaron a consecuencia de esto a generase algunas tendencias de opinión negativas desde el propio sector por la manifestación. Unas por la propia tristeza de haber perdido una oportunidad histórica sin más, otras ahondando en lo mismo bien por desconocimiento de causa o bien de forma más sibilina, propagando nuestras miserias a los cuatro vientos, buscando cabezas de turco, creando indignación y dejando a un segundo lado el éxito logrado, generando sin saberlo un caldo de cultivo de negatividad del que se alimentan los sectores animalistas y restando fuerza a lo que ya teníamos, la ya mencionada foto.
Podría extenderme sobre esto último, pero no quiero dar precisamente más fuerza a los ventiladores de mierda, que ya bastante han hecho estos días. A cualquiera con un par de dedos de frente que haya leído hasta este punto el capítulo, sabrá entender los motivos que han hecho prender la chispa de arranque en según que generadores de pufos, porque evidentemente hay otros que como ya he mencionado no lo han hecho de forma sibilina sino más bien por desconocimiento. Lo que sí voy a entrar es a comentar, por si alguno pudiera entender que no permito la crítica, es que hay momentos y momentos para hacerla, lugares y situaciones en las que hacerlas, y que es poco inteligente desanimar en primer lugar al gentío con dichas acciones, en segundo para evitar dar alas a quien nos busca hacernos daño y tercero porque hacerlo en caliente y sin que los tiempos de cada fase se vayan cumpliendo es una pedrada en el ojo. Mostrar desunión a las horas de hacer historias y sobre todo no dejar trabajar a nuestros representantes con NUESTRA FOTO LOGRADA, no vale más que para restar. Si alguien se piensa que la misma noche de la manifestación se iba a derogar el anteproyecto de ley y cesar al director general de la dirección de los derechos de los animales, se equivoca, si alguien pensaba que estar más o menos en la palestra televisiva iba a suponer un espaldarazo de la sociedad a nuestra causa, igualmente vive en Narnia... el ciudadano, sea el que sea, incluido nosotros, solo va a lo que le interesa y le preocupa. El urbanita especialmente ve lejano todos estos temas y una de las causas por las que em mundo rural esta abandonado y en la situación en la que ésta y por lo que entre otras cosas nos manifestábamos era por esto, por la dejadez de las ciudades.
Lo que no se puede tolerar es la desinformación, que se han generado en dichos ventiladores ni las falsas acusaciones, y pese a que seguramente me deje algunas pues seguramente no todas han llegado a mi, intentaré resolver las más extendidas, para evitar el efecto bola de nieve.
La manifestación en su manifiesto recogía solo de puntillas el tema de la Ley de Bienestar animal y el resto de alegaciones del mundo cinegético. FALSO, en el manifiesto, que efectivamente recogía todas las "peticiones del mundo rural" se recogían todas nuestras demandas. Se puede ver aquí.
La única lectura real es la de dejar hacer, aunque parezca poco. Pese a que las narraciones de las noticias iban por un lado, las imágenes de la manifestación van por otro y en mayor o menor medida hemos obtenido visibilidad, aunque no fuera la deseada. Pero sobre todo hay que quedarse, que con quien hay que sentarse a negociar y hacer valer los centenares de miles de personas que se manifestaron no van a mirar que dijo Matías Prats o Ferreras en sus espacios televisivos, sino cuanta gente hay detrás de un movimiento que ha hecho retumbar Madrid, y, por supuesto, en las justas reivindicaciones que se hacen. El tiempo para las críticas constructivas y el espacio para ellas llegaran, pero no cuando los cimientos recién se han creado.
PD: Me queda un capítulo, al menos de momento y en tanto haya nuevos hechos, éste hablara sobre un nuevo movimiento social que se ha creado, el #NaranjaEsCaza que ha posicionado y sacado del armario definitivamente a los cazadores y puesto a congelar sus complejos.
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