Cómo comenté en mi anterior capítulo, El mundo rural, y muy concretamente el sector cinegético había hecho historia llenando Madrid y elevando sus quejas como nunca se había visto, y siempre bajo un escenario con ánimo festivo, educado y por supuesto cívico y con nula violencia, en otras palabras un fiel reflejo de lo que es la caza por mucho que algunos intenten desprestigiarla.
Tras lo vivido, muchos de nosotros acudíamos con ilusión primeramente a los medios televisivos a ver nuestra manifestación en imágenes, con la que habíamos liado, no podían ser ciegos y dejarnos al margen, a la par que las ganas de poder ver algo relacionada con nuestra denostada pasión en medios generalistas era grande.
El ostión que recibimos así de primera fue de campeonato sin entrar a mayores valoraciones, al menos en los titulares y en los principales medios. Unos hablaban de histórica manifestación de ganaderos y agricultores por el tema de la guerra, y los problemas de los combustibles en el mayor de las desinformaciones. Otros sólo mentaban a los anteriores sectores y sus problemas de fondo y producción, y los que restan mencionaban a los sectores implicados, es decir, mentando a los cazadores, pero sin darles protagonismo o sin mencionar nada de sus reivindicaciones. LA MANIPULACIÓN Y LA DESEINFORMACIÓN HABÍA SIDO EVIDENTE EN MUCHOS CASOS.
Si bien es cierto, hubo excepciones, como telemadrid o CMM que cubrieron el evento bastante bien e informando adecuadamente, y que buceando en los diferentes noticiarios que se fueron dando según franja horario, terminaron mentando algo mejor a la realidad de lo acontecido y acomplejándose menos de incluir la palabra cazadores o caza. Pero como la actualidad manda, en estos espacios la noticia sólo duro 24 horas y 3 espacios de noticiarios, sin lugar a mayores mejoras salvo contadas excepciones.
Para no dejarme nada, los medios escritos si fueron más eficientes y dignos en este sentido, aunque en sus primeras aperturas digitales fueron igual de decepcionantes, fueron matizando a mayor velocidad, cubriéndolo mejor según pasaban las horas, e incluso a los días hubo artículos donde se recogieron bastante bien nuestras exigencias e incluso como se fraguo la movilización.
La manipulación había sido evidente. Creo que a estas alturas a nadie se nos escapa que dependiendo el medio que estemos abriendo, la información viene con un cierto sesgo político o ideológico, lo que supone que muchas veces una noticia nunca sea objetiva al cien por cien. Lo que a muchos de nosotros nos sorprendió y sobre todo nos impactó fue que esto fuera realizado de una forma tan ruin como se hizo con las noticias que emanaron de los medios televisivos sobre todo. Donde tergiversaban la información de una manera impune, mientras delante de nuestros ojos las imágenes mostraban cosas diferentes. Donde algo tan inocente con la que nos está cayendo (guerra en europa del este, problemas energéticos, huelgas de transportes, precios de la vida, covid (este si que parece que ha pasado a un decimo noveno lugar pese a seguir estando entre nosotros), etc), como es una protesta contra una ley de bienestar animal, y después de haber realizado una manifestación con unas cifras tan impresionantes, supusiese una canallada como la que perpetraron.
Quizás a alguno le pueda pasar por la cabeza que deberíamos preguntarnos el porqué de esto, pero por mucho que lo hagamos, nunca habrá ni una sola respuesta ni una gran certeza sobre éstas. Sólo queda reflexionar por triste que esto sea, que vivimos en un mundo cada vez más manipulable donde la verdad es cada vez más discutible y opinable, donde ni las cifras ni las evidencias importan, donde las ideas cada vez son menos permeables a otras que sean diferentes, y donde para intentar estar lo mejor informado posible, ya no puedes fiarte absolutamente de nadie, y toca bucear cada vez más y más. Este es nuestro triste presente.
No obstante y ahondando en la idea del porqué de todo esto, e igualmente sin poder dar respuesta al asunto, no podemos obviar que el origen de todo este movimiento social y de esta manifestación, no son sino evoluciones de las políticas que llevan todos estos años atacando y arrinconando no sólo al mundo cinegético sino a todo lo relacionado con el mundo rural, con nuestras tradiciones, con la identidad que nos caracteriza en muchos casos, a nuestros orígenes, a nuestros pueblos. El fondo del asunto es cuanto menos inquietante, pero como ya se ha visto este 20 de marzo, fácil no se lo vamos a poner, ya que este mundo que no deja de ser atacado ha dicho BASTA, y se ha personado como hasta la fecha nunca había hecho para DECIR ALTO Y CLARO QUE ESTO SE HA ACABADO.
Para no divagar más, El caso es que pese a todo, y porque entre otras cosas era imposible evitarlo, mientras que los titulares, las editoriales y las narraciones de la noticia hablaban de una cosa, las imágenes eran las que eran y éstas mostraban miles de pancartas hablando de caza, de una multitud de asistentes que a las claras se podían identificar como cazadores, entre otras por sus colores, el Naranja. Había nacido una corriente y un lema para mostrarnos al mundo:
EL #NARANJAESCAZA.
PD. En mi siguiente entrada, Capítulo 3, hablare sobre la desinformación que se ha generado a raiz de lo tratado en este capítulo los pufos, como de la desilusión por lo mismo, sin olvidarme de oportunistas que han saltado estos días, y de las envidias que existen por desgracia en el sector.
Vivimos en la era de la manipulación, Dani. Ya has visto que para el gobierno los que hacen huelga son de ultraderecha. Pero cuando son ellos los que la hacen todo es superguay, claro.
ResponderEliminarUn abrazo
Diego