El pasado 10 de agosto de 2021, escribí para el blog de mutuasport fruto de mi colaboración con mutuasport, un artículo titulado "La caza es la mejor herramienta de gestión para el control de las especies cinegéticas" que evidentemente intentar acercar esta idea a través de su lectura.
Os dejo enlace al mismo aquí, pincha.
Hoy dicho artículo lo publico sin editar en mi propia web, a fin de dejar constancia del mismo, espero os guste:
ES NECESARIO EL CONTROL POBLACIONAL DE LAS ESPECIES, Y NADA COMO LA CAZA PARA ELLO.
Vaya por delante que éste que escribe no deja de ser un aprendiz de todo lo que le rodea, y líbrele de lo contario. No tengo estudios relacionados con el medio ambiente, ni con el aprovechamiento de los montes. Lo poco que sé lo he sacado de mi experiencia personal, de seguir a mis mayores, y de leer un poco por aquí y otro tanto por allá. Soy simple y llanamente un cazador de a pie. Puede ser poco argumento, pero con esta llaneza quizás pueda acércame a usted que me lee sin entrar en detalles técnicos o complicados, y todo esto sin olvidar que como todo cazador, si algo soy es observador, y en torno a ello intento ser lógico.
Mucho se debate hoy en día sobre la necesidad de la caza en nuestro país, desde aquellas voces que sostienen que es una actividad rica, necesaria, positiva y beneficiosa para la conservación y gestión, hasta las que se encuentran en el polo contrario, abanderando estigmas de odio hacia dicha actividad. Lo cierto de todo esto, es que al final hay mucha gente en medio del debate, que o bien carece de la información necesaria para tener una opinión al respecto, o bien ésta les llega estigmatizada o de una forma muy técnica.
El presente escrito tenderá a decantarse por la necesidad de la caza, no en vano soy cazador por herencia, por sentimiento y además por convicción, pero trataré de exponer dirigiéndome muy especialmente a ese gran umbral de personas anteriormente mencionado, algunos problemas que se dan hoy en día en nuestros campos y montes, para finalmente hacer entender que siempre al final de todo, un control poblacional de las especies es necesario, y que no hay nada como la caza para llevarlo a cabo.
El primer punto de partida debiera ser el de comprender que la intervención del humano, en el medio lleva dándose miles de años, y que hoy en día es simplemente incomprensible cualquier acto que no repercuta en el medio de ninguna manera. Es más, sin el hombre, el propio equilibrio no existe, incendios, desbordamientos de ríos, o enfermedades que surgen, pueden llevar al traste cualquier ecosistema. Si a todo esto aplicamos hábitats destruidos y otros generados a gusto y antojo de las personas, es evidente que las posibilidades de desequilibrios crecen exponencialmente. Pensar en la no intervención en el medio es cuanto menos algo que sólo se puede aceptar sabiendo cuanto antes que la perfección no existe y que ésta con la presencia del humano en el planeta es imposible. Ya advierto que si tenemos que desaparecer que me apunten el último de la lista, que aún tengo mucho por hacer, como tender la colada según me apunta mi mujer en su último mensaje. No sé si seré breve pero lo intentaré, conviene hacerla caso, no vaya que salir del planeta y deje esto sin hacer.
Sabiendo esto, (no lo de la colada) vamos a identificar algunos problemas cercanos y sencillos, que cualquiera pueda entender y ver porque la solución a ellos es el control poblacional. Imaginémonos una carretera comarcal, esas que suelen tener la famosa señal de “peligro ciervos” (jeje). Muchos animales son territoriales, y necesitan desplazarse en busca de nuevos territorios para no entrar en conflictos entre ellos. Otros al haber más competencia por la comida necesitan moverse. De dichos desplazamientos, pues en muchas ocasiones les supone tener que atravesar carreteras, como por ejemplo la que estábamos pensando. La inmensa mayoría de veces que pasemos por dicha carretera, solo estaremos el asfalto y nosotros con nuestro coche. Pero puede que un día un enorme venado salga de la nada, acabe empotrado contra el coche y perdamos el control, pudiendo ser en el mejor de los casos los daños materiales lo único que salga perjudicado. Habitualmente el movimiento de animales por carreteras suele producirse cuando hay una gran densidad de estos, al menos porcentualmente las opciones se multiplican proporcionalmente, ¿lógico verdad? Podríamos pensar en desplazar animales a otras zonas, pero al igual de que habría que ver la viabilidad de la adaptación de dicho animales a un nuevo lugar, no dejaríamos de estar desvistiendo un santo para vestir otro, o bien generándonos en vez de un problema, dos a medio plazo. Los animales tienen la mala costumbre de nacer, crecer y reproducirse. Al final el mantener un número adecuado de animales no es tan mala acción, ¿no?
Pensemos en otro ejemplo, los animales como es obvio necesitan de un espacio donde vivir y encontrar alimento. El alimento en dichos espacios si está sometido a una gran carga de extracción por parte de los animales puede llegar a perder su capacidad de regeneración pudiendo llegar a perder dichos espacios y condenando a las poblaciones a enfermedades por falta de alimento y finalmente a su pérdida definitiva. Es obvio por tanto que al igual que en una casa no podemos comer 30 de un plato de cocido sin que pase factura, en el campo pasa lo mismo. Sin entender mucho nos dice la lógica que o controlamos los comensales del plato de cocido o aquí habrá un problema.
Siguiendo con la alimentación, creo que a estas alturas sabemos que los alimentos que vemos en el súper del barrio, no emergen de una chistera de mago, sino que estos salen del campo, y es que pocas cosas son más ciertas que el rural da de comer a las ciudades, pues en estos entornos es donde principalmente se desarrollan la agricultura y la ganadería. Si ambas dos son fuente de alimento para el humano, es obvio comprender que también lo es para los animales. El agricultor y ganadero vive de lo que es capaz de producir y vender, y es obvio que si un agente externo, como podría ser una familia de conejos les quita el grano, o un par de zorros les quita algunos corderos, les están quitando parte de ello. Ahora bien si en vez de una familia de adorables conejitos, pensamos en 200 familias de conejos, o 10 piaras de jabalís, o 4 manadas de ciervas; y en vez de en un par de zorros, en 20 u otros tantos lobos, la producción y venta que pueda obtener esta persona puede que sea inferior a la invertida. Parece nuevamente evidente que un control poblacional limitando el número de animales que producen daños es más que necesario.
Sobre este anterior tema, puede que haya a quien le surjan dudas y exponga que se pueden delimitar los campos de labranza con alambradas o muros, así como mantener encerrados a los animales de producción ganadera, o que directamente los predadores pueden ejercer dicho control sobre los animales que hacen daño a las cosechas, evitando esto y el daño a los animales de consumo por simple teoría de caída de piezas de dominó. A lo primero debemos apuntar que en muchos casos la inversión puede ser insostenible, y que la solución no puede pasar por vallar toda la geografía española y pese a ello siempre habrá formas en las que los animales traspasen. Si decidiéramos pensar que nos da igual que la solución es esa, ánimo a volver a leer este artículo pues entraríamos en los mismos argumentos que tratamos cuando se escribió sobre las carreteras o de las cargas de los hábitats. En cuanto al tema de los predadores, primero hay que partir de la base que habría que debatir sobre el modelo de ganadería, pero apostar por un modelo de cerramiento exclusivo de todo el ganado es cuanto menos poco ético, un desaprovechamiento del entorno, y una pérdida de calidad del producto. Por tanto entrando en un modelo de ganadería extensiva está claro que exponemos a los animales a la posibilidad de que los predadores puedan atacarles, y créame si le digo que entre un cordero y un ternero o un jabalí y un ciervo, el depredador optará siempre por las primeras opciones. ¿Por qué? Fácil, es más sencillo abrir la nevera y coger una cerveza cuando se tiene sed, que ponerse a elaborarla, y una oveja es lo más parecido a una mahou para un lobo, que un jabalí, que sería como un destilador. ¿y por qué no pagar por los daños a los ganaderos? Esto SIEMPRE debe darse, pues no se pueden dejar desamparado a nadie, pero no es menos cierto que ni las ayudas a día de hoy son suficientes ni compensatorias por la pérdida de producción, y que pese a ello no podemos permitirnos económicamente hablado criar animales para la manutención de depredadores, ya que de entrada estaríamos fomentando también por una parte pérdida de su instinto. Un control adecuado de éstos mediante el control poblacional, supone en primer lugar una diminución de los ataques al ganado por una simple cuestión de números, y porque no es menos cierto que el efecto de sensación de peligro empuja a los animales a asimilar que un ternero no es una magdalena del armario sino algo bastante más complicado y que lo mismo le renta más intentar la caza del ciervo por ejemplo.
Toca entrar ahora en el escenario de las enfermedades, y voy a ser muy breve en este aspecto, pues no hace falta ser un superdotado para entender que a mayor presencia de animales más facilidad de contagio hay entre estos en caso de enfermedad, porque al igual que los humanos, la convivencia e interrelación entre estos afecta, habiendo incluso casos de salto de enfermedades entre especies pasando a los animales de ganado, con el problema que esto puede acarrear para el humano. Es obvio que limitar el número no es mala idea en este sentido.
Para ir cerrando parece que sin entrar en una exposición muy técnica y sólo tratando el tema con cierta lógica deja a las claras que el control poblacional es más que necesario. Una vez que tenemos esta idea como cierta, entra en juego el ver cómo tratar este problema. Ya hemos dejado claro que el trasvase de animales entre zonas, ni siempre es viable, ni a veces solución, sino todo lo contrario, es generador de un segundo problema. Con lo que en una gran mayoría de casos sólo nos queda el de sustraer por medio de la muerte estos ejemplares. Esto es una realidad que no puede evadirse por mucho que algunos quieran ocultarlo o no tratarlo. El cómo se da esa muerte, es y debería ser el debate. La caza está claro que juega un papel crucial, ya que es una actividad muy controlada, con una fuerte legislación detrás que determina claramente que animales se pueden sustraer, amén Jesús del cuándo y el cómo, y sin obviar que las propias leyes no escritas de la actividad determinan unas doctrinas de ética donde el respeto y la tradición determinan como realizar dicho ejercicio. La caza además, por si misma por el simple hecho de producirse, convierte en un activo el problema, generando riqueza económica, cultural y social allá donde se realiza. Por contra a la caza nos queda el dar muerte a los animales bajo criterios con baja legislación, sin tener ningún tipo de necesidad de cumplir una ética para su realización, y que por supuesto no se hacen no sólo de forma gratuita, sino generando un coste, pasando todo este tema de ser un activo enriquecedor a ser un gasto y por tanto otro problema a añadir al saco.
Con todo esto expuesto yo tengo claro que el control poblacional de las especies es necesario, y que no hay nada como la caza para llevarlo a cabo, pero usted es libre de determinar su pensamiento, las ideas están expuestas en negro sobre blanco de la manera más sencilla y claras que este humilde aprendiz de todo ha sabido exponer para que usted en torno a ellas pueda dar respuesta a todas ellas y determinar su pensamiento si es que antes no lo había hecho, o bien a reconsiderarlo.
DANIEL GÓMEZ GARCIA
Creador de playmocaza.es
Federado de la Federación manchega de caza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario