jueves, 7 de diciembre de 2017

Respeto


El respeto por la pieza abatida ha sido un tema recurrente ya tratado por muchos en varias ocasiones, pero que de vez en cuando es bueno que alguna voz lo vuelva a resurgir pues basta con darse un paseo por las redes sociales para darse cuenta que este mensaje debe calar mucho más.

Según escribo estas palabras, y enfocándome en concreto en “redes sociales” me doy cuenta de que quizás el problema sobre el respeto por la pieza abatida más bien sea un problema asociado a las imágenes y videos que se comparten por éstas y ese afán que tenemos todos de mostrar nuestras pasiones, de compartir nuestras vivencias, y en ese impulso de difundir. En dichas imágenes muchas veces vemos fotografías que a veces rayan lo desagradable y por ende el respeto a ese animal cazado.


Al final las imágenes que se toman son parte de ese respeto al animal cazado, pero no la única y voy a intentar manifestar mi opinión sobre que debería entenderse por esto.

El campo nos brinda su vida y nosotros siempre debemos sentirnos agradecidos de poder tomarla. Cada vida cuenta y esta no debe caer en saco roto. Me causa rechazo el cazador que habla de sus resultados calificándolos de forma negativa si estos no están “a su altura” o no son los que esperaban. Hay que sentirse agradecidos por lo que el campo nos da, yo soy de los que defiende que la caza debe ser escasa, difícil y sobre todo incierta. Ello no implica que debamos ser exigentes y pensar que se tiene que hacer mejor, bien la gestión o bien nuestra propia forma de caza; incluso rememorar tiempos pasados… pero eso son harinas de otro costal que no deben mezclarse con la de valorar siempre de forma positiva lo que hemos recibido del campo.
 
 

Todo lance es único y diferente al anterior. Todos nos hacen disfrutar o así deberían. Quizás esta sea una de esas razones que nos impulsan cazar, quien sabe. Si esto es así ¿por qué los animales más grandes o bellos son ensalzados mientras que los otros quedan aparcados? Todos merecen el mismo trato, y es que los trofeos no se miden en puntos o tamaños, sino en sensaciones e historias que nos dejan marcados para siempre en el recuerdo.

 


Invertir tiempo, y digo invertir, en el decoro y cuidado de la pieza, es en sí mismo el mayor respeto que podemos ofrecerle. Tomarle una imagen siempre es una buena opción para buscar su inmortalidad en nuestros recuerdos. Cuidar estas  instantáneas que le tomamos, sí que debe ser una obligación. Buscarle la imagen más digna posible, que no es ni más ni menos que la que merece, lejos de sangrías, vísceras y posiciones poco vistosas. A veces es tan sencillo como poner un poco de tierra sobre la sangre para taparla, o un poco de agua…y no hablo sólo sobre la del animal, muchas veces la del suelo la obviamos y esta afea la imagen tanto o más. Si no es posible quitarla, muchas con pasar luego esa foto por edición de blanco y negro o sepia hace maravillas en este sentido. Incluso en ciertas ocasiones no es necesario mostrar todo, basta sólo con sugerir. Con respecto a la postura del animal, siempre buscar aquella que muestre su mayor naturalidad. Son pequeñas cosas que no nos llevaran mucho tiempo, y que ya de por si dignifican nuestra actitud.

 


Un animal en su entorno siempre es más. No hay color. Una foto de un animal tomada en el campo comparada con una tomada sobre hormigón  hace siempre empequeñecer al animal en esta última por grande que este sea. Desnaturalizar al animal de su ambiente le hace perder aquello que le es propio, que no es otra cosa que su medio. Sé que en ocasiones en el campo no se tiene los medios (hoy en día es algo complicado pero posible) y no se puede tomar instantáneas hasta llegar a la civilización pero en la medida de lo posible buscar inmortalizar al animal en el campo, aunque sea de una forma poética, hace mantenerle para siempre en el que fue su entorno.

 



Si decidimos posar con nuestro trofeo,  mostrarle el respeto a éste es muy sencillo, sólo consiste en tratarle como lo que es: Un animal que nos ha hecho disfrutar y que es un auténtico regalo. Posados encima de  venados como si fueran motocicletas, subirse encima de los animales, pies encima de las piezas, sujeciones poco armoniosas, y otras situaciones semejantes no son lo más apropiado. Simplemente se trata de tener un poco de cabeza y tener respeto.

 


La ceremonia del noviazgo es algo que debería ser bonito, tradicional, también jocoso evidentemente y sobre todo algo para recordar por el protagonista. No una batalla de vísceras donde el cuerpo inerte del animal es tratado como un simple objeto del que arrancar más y más “munición” con el que embadurnar y pringar al “novi@”. La mesura debería ser parte de esta actividad ya no sólo por evitar que el cuerpo del animal sea maltratado de la forma descrita sino por la propia imagen de los cazadores que reflejan lo que no somos. Muchas veces se produce más vergüenza ajena que otra cosa.

 

La carne del animal es tan parte del trofeo como el trofeo en sí. El aprovechamiento de la caza es algo elemental, cierto es que hoy en día no se caza para alimentarnos, pero no por ello hay que dejar de aprovechar esta carne que es un manjar extraordinario cuya calidad y bondad está totalmente contrastada. Todo cazador que está dispuesto a apretar el gatillo debería de estar de la misma forma dispuesto a luego tratar el cuerpo del animal parar extraer de el mismo las partes aprovechables del mismo.

 


Las alfombras o tapices en las juntas de sangre es un tema complicado, pues no sólo son tradicionales sino que son por un lado la única forma de valorar el conjunto global de una jornada de caza, y por otro el lugar por donde la caza debe pasar en muchas ocasiones antes de ser aprovechada. Al final la aglomeración de animales, sangres, y gente observando y valorando hacen de estos momentos muchas veces algo poco respetuoso. Retrotrayéndome a lo anteriormente dicho cuando sacamos al animal de su entorno lo desnaturalizamos y los tapices en las juntas ayudan a ello. Sabiendo que son necesarios sólo recomendar lo anteriormente dicho, las fotos e imágenes lucen en el campo el doble, y estas fotos aportan sólo en el sentido global. Las individuales mejor hacerlas antes.

Al final y a forma de resumen de todo lo anterior, El respeto por el animal cazado se basa en tener un poco de sentido común y tratarlo como un gran bien que hemos recibido. En cuanto al tema de inmortalizarlo en imágenes, TODO se reduce al buen gusto.

 


Soy de la opinión que no es necesario recoger en videos o fotos  todas las vivencias de la vida, no todas son necesarias de mostrarse y no hace falta dar ejemplos... Son cosas que evidentemente existen y que no se esconden, simplemente no se muestran o cuentan por ser innecesario. Mostrar vísceras, despieces en juntas de carnes, desmembramientos, etc,  son imágenes desagradables que poco o nada aportan al colectivo, al final todo se resume, como ya he dicho, en tener cierto buen gusto a la hora de tomar las imágenes en primer lugar y a continuación de saber qué o no compartir. No todo vale. Un matadero está todo el día con situaciones similares y no se les ve día tras día haciendo apología sobre lo que allí hacen.

 

Todo lo anterior va en favor del colectivo, sabemos cuan complicado lo tenemos con animalistas que saltan a la mínima, y que están deseando acabar con nosotros. O con ciudadanos urbanitas que desconocen la verdad del campo y de la caza y prejuzgan y estigmatizan de oídas y en muchas ocasiones por lo que les dictan los primeros. Los tiempos están cambiando, y la caza no debe quedarse al margen y debe adaptarse. La imagen hoy en día por el uso de las Redes Sociales lo son todo…“La mujer del Cesar no sólo debe ser Honrada, sino parecerlo”.  Ya sabemos todos cuan beneficiosa es la caza para el medio y la mayoría de cazadores son grandes cazadores que realizan tareas de gestión y de conservación. No dejemos que imágenes poco afortunadas, que acciones poco bienaventuradas sean las que hablen y empañen la verdadera realidad de nuestra actividad.

 


Alguno puede pensar que estas actitudes que yo defiendo y que creo que son el futuro de nuestro colectivo, no son más que actitudes cobardes que buscan esconder lo nuestro, de ocultarse y que incluso son miedosas. Piensan que a cuanta más presión de agentes externos más debemos mostrarnos y sentirnos orgullosos de lo que somos y de lo que hacemos. Más sangre y más vísceras si hace falta y que se jodan los animalistas, que a quien le pique que se rasque, que se jodan todos, esto es legal y no hay más que hablar. 

 

Mi respuesta ante esto es clara y concisa, no es cuestión de miedo, ni de ser más o menos cazador, o de no estar orgulloso de ser cazador. Es simplemente una cuestión de RESPETO a la actividad, al compañero cazador, al animalista, al urbanita o a todo aquel que pueda ser consumidor voluntario o no de nuestra imagen. De tener como ya he dicho cierto buen gusto y de ser consciente de que la legalidad no ampara todo, el sentido común en la mayoría de los casos es la gran jueza de la arbitrariedad.
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Es un tema bastante interesante, en mi opinión lo más importante de la caza en sí (y no soy cazador, como comentaba). Como en la otra entrada, lo relaciono con lo que comentábamos, con esa idea del respeto a la naturaleza y el verdadero ecologismo (el conservacionismo). Podría estar hablando durante horas de esta cuestión e insistiendo con la idea que apuntábamos sobre Félix y la conservación, veo también en ello, por citar otros ejemplos valiosos, el de los indios norteamericanos, que llamaban "hermanos" a los animales y antes de cazarlos les pedían perdón y les explicaban para qué necesitaban su carne y pieles. Es un ejemplo que siempre me ha emocionado.
    Que haya animalistas-falsos ecologistas que os odien y no comprendan lo que comentas no debería importarte. Como bien dices, que se jodan, aunque ni mencionarles merecen, lo mejor es pasar de ellos, creo yo.
    En realidad todo lo que cuentas en este post, y que he conectado con la idea de los indios, es algo antiquísimo. Y por eso mismo, tampoco deberíamos andar todo el tiempo justificándonos como si estuviésemos en un complejo de inferioridad. Que justifiquen ellos su gilipollez constante en la que viven. Yo también estoy cansado de tener que justificar ante esos putos progres por qué apoyo a la monarquía o por qué creo en Dios ¿Por qué tengo que hacerlo? Les llevo miles de años de ventaja en cuanto a historia de mis ideales.
    No nos calentemos el coco. Sigamos con las cosas en las que creemos y con nuestras aficiones.
    Un saludo
    Diego

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  2. Diego me alegro que te gustase el tema, y al final como dices no debería ser necesario justificarse, y no creo que lo hagamos siempre, pero de vez en cuando debemos hacerlo aunque sea solo para sacar pecho.

    Un abrazo

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