Capítulo 1. 07-06-17
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Apagué el despertador, no
había sonado. Ni falta que hacía, mi predisposición para encarar el día era
sobradamente positiva, y además total ni había dormido bien, y lo que había
dormido lo había hecho envuelto en sueños obsesivos, que no hacían sino más que
acrecentar en mí una especie de
cosquilleo que me invadía el cuerpo, y que me perseguía desde que el día
anterior mi buen amigo Raúl me había escrito. Tenía una cita ineludible
contigo.
Sólo habían hecho falta 5
palabras para romperme todos los esquemas de esa semana de junio en la que
estaba inmerso en mis estudios de inglés, que evidentemente pasaron a un
segundo plano, bueno o a un tercero o cuarto… no sé, cómo todo lo demás que no
fuera en lo que ahora estaba centrado. Ya mi mente y mi cuerpo sólo tenían una
motivación, un camino a seguir, una idea. Y no era otra que verte, que
encontrarme contigo.
“¿Mañana te vienes de
espera?” Así a bote pronto sin mediar nada, ¡Ay Raúl condenado!, que
inmejorable compromiso me arrojaste. Me has puesto del revés. Sólo espero en
poder verte.
En fin, a la ducha que la
espera es esta noche, y antes hay que darlo todo en la oficina, como siempre…
si es qué puedo, ya digo que mi mente y mis pensamientos están en otro lado.
Estoy desayunando y no dejo de mirar el morral y la ropa que por la noche deje
preparado… según llegue de trabajar tengo que salir pitando a por Raúl para
llegar con la suficiente antelación al puesto. Que ganas tengo de vislumbrarte
en las sombras de la noche.
La mañana pasa lenta como
ella sola, no hay manera que el reloj corra y esto es lo malo de las cacerías
vespertinas que al final es más tiempo para alimentar la impaciencia y la
imaginación. No hago más que repasar en mi mente, bien consejos que me habían dado en el pasado
sobre aguardos, o cosas que he leído. Pese a los años soy un cazador muy
novato, y en temas de esperas más. Esta sería la 3ª o 4ª a la que iba, y desde
luego la primera en la que no estaba acompañado. Me preocupaba en especial el
tema de la iluminación y del arma, pues no tengo equipo nocturno, y ya no
estaba con tiempo suficiente como para plantearme comprar uno. Y por otro lado
el arma, yo sólo tengo la superpuesta Laurona del 12, que aún no he estrenado
más que en un par de tiradas de platos,
pero de primeras Raúl me había hablado de que me llevará el rifle, y
éste me tocaba pedírselo a mi padre. Un FN 30-06 semiautomático. Tenía dudas,
la razón frente al deseo…Tras darle vueltas, hable con Raúl sobre este tema y
él me tranquilizó, me dijo que esa noche habría mucha luz, la luna estaría
llena, no se esperaban nubes, y que él me podía dejar una linterna con una
pinza, para por si las moscas. Y que en cuanto a el arma, había un puesto de
escopeta y dado que yo tenía muchas ganas de utilizar la de cartuchos por
encima que la de balas, yo iría allí. Todo marchaba.
¿Cómo sería el puesto?
¿podría verte? Que ganas de que sea de tarde. No hago más que imaginarte
conmigo en buena lid, tu ingenio y tu astucia contra mí. Puede que me falles y
no acudas, pero yo estaré allí no te quepa duda.
Las horas pese a que pasan
lentas, van cumpliendo poco a poco, y por fin es la hora del descanso para
comer. ¿estarás descansando para esta noche? Aunque no te quito de mi cabeza,
aprovecho para escaparme a por unas pocas viandas para compartir en la espera,
y es que la caza sin éstas es menos caza.
“Te vas a poner en un puesto
de agua muy guapo, tiene una torreta que hice yo, vas a estar muy a gusto, y
los animales están entrando” con mensajes como éste ¿cómo centrarse?, se vivía
mejor sin WhatsApp jaja. En fin mi suerte ya estaba arrojada y las quimeras en
mi mente estaban en su punto más álgido, el cosquilleo por estar de campo ya
era algo tan normalizado en mí, como respirar. Y gracias a dios ya era la hora
de volver a casa. Pronto estaré en el lugar de la cita, no me falles.
Llegue como un rayo a casa, y
ahora que ya estoy vestido para la faena… que tontería pero… ASÍ SÍ que me
gusto al verme en el espejo. Estas son las mejores galas, y de las que me
gustaría estar más a menudo, y es que desde febrero que acabó la temporada han
sido muchos meses, y la verdad ¡ya tenía ganas! Como podrás ver sólo guardo mi
ropa favorita para ti…y luego dirás que no eres especial para mi. ¡Venga raudo
a por Raúl!
Estamos en el coche ya camino
de la finca, y ya vamos con su hermano Carlos que también nos acompaña. Las
charlas sobre caza hacen el camino muy ameno, y el tiempo pasa volando. Eso sí,
no dejo de visualizar el momento en el que llegue a la casa de Raúl y entro en
una salita, que en realidad es una salaza, donde tiene unos trofeos dignos de
museo. ¡Que espectáculo!..., la cabra que cazó apenas hace unas pocas semanas
pugna por ser la estrella, pero el corzo de la joven Blázquez, cazado este
pasado abril, también es muy especial… y todo esto sin llegar los trofeos de
África que ya tiene en el taxidermista… ya le he dicho que en cuanto los tenga,
yo vuelvo aunque tenga que pagar dinero por verlo. Pero no me engaño a quien
quiero verte es a ti y esta noche.
Llegamos al camino que nos
lleva a la finca. Estamos en un lugar donde, los olivos y las encinas se dejan
caer por aquí y por allí, algunos jóvenes gazapos que estaban reposando en la
sombra, salen directos a las madrigueras, asustados por el paso del coche. Un
par de águilas vigilan desde el cielo el movimiento de sus posibles presas, y
las ovejas que hay en algún cercado también se esfuerzan en buscar sombras… el
calor de este inicio de junio es fuerte… yo me he traído manga larga por los
mosquitos espero no asarme. ¿Y tú tendrás calor? Tu tranquilo que el agua lo
pongo yo.
El lugar me encanta, es una
finca llana y de paso, donde los animales pasan en busca de comederos y pasos
de agua donde refrescarse, y según me cuentan el guarda hace un gran trabajo en
el cuidado.. nosotros como no tenemos guarda pues nos cuidamos solos y no lo
hacemos mal con el buen vino y las ricas viandas que traemos, en pos de cuando
cada cual esté en el puesto no tener que recurrir a la comida y hacer el mínimo
ruido posible. Éstas las compartimos con el otro Carlos y con Amalio que son
los otros socios que componen la finca. También gente muy agradable.
No tardamos en ir a los
puestos, pues la hora apremia, ya van a ser las 9 y hay que colocarse. Dado que
es entresemana, no podemos alargar mucho la espera y hemos quedado que entre
las 12 y 12 y media nos quitamos. No es mucho tiempo, pero es el que hay.
Pensamiento positivo siempre, si estás aquí y estás por entrar. Nos veremos.
El hermano de Raúl, qué
es quien me coloca, me muestra el puesto, quedo encantando. Una pequeña torreta
en asiento protegida por el ramaje de una encina.
Y a unos 30 metros en un buen descubierto el agua. Voy a poder ver muy bien. No tardo en subirme y en colocar la linterna a la escopeta, meter la munición, y acomodarme, cosa que no es difícil, Raúl ha hecho un gran trabajo con este puesto. Lo ves el lugar es idílico, solo me faltas tú.
Aprovecho los últimos minutos de luz, en asimilar el
entorno, y en recordar cada árbol. Cuando se
haga de noche, no quiero que ninguna sombra me confunda o me engañe. El
aire lo tengo perfecto, y el envite sin darme cuenta ya ha empezado. Ven que
aquí te espero.
Los rosas y naranjas empiezan
a ganar el duelo al azul del cielo, la noche se viene, y con ella los ruidos de
la noche empiezan a emerger, llenando un entorno ya de por si privilegiado en
algo único. Todo está tranquilo, incluido yo que empiezo a dejar tras de mi los
nervios de las anteriores 24 horas. Este es mi sitio, este es mi lugar, y ya
pase lo que pase ha merecido la pena todo.
Raúl y su hermano imagino que
ya estarán en sus puestos, el primero se ha colocado en el puesto más alejado
de la finca, por donde los animales tienen paso. Y su hermano se ha colocado en
una baña, donde hace unos días el otro Carlos cobro un bonito guarro que iba
acompañado de otro.
La luna tarda en conseguir
protagonismo, en junio ya se sabe que los días son eternos, pero una vez que
cumple, llena con su luz el campo, arrojando lo que a mucha gente se le
escapa…que no es ni más ni menos que una luz casi tan nítida como la del día.
La verdad que uno es un privilegiado por amar la caza y poderla practicar de
vez en cuando, te hace vivir el campo en su plenitud, conocerlo, y disfrutarlo;
y esta luz lunar junto con el croar de las ranas de la charca, y los grillos
que ya cantan, no hace sino más que refrendarlo. No tardes que ya todo lo tengo
listo.
En los aguardos, la calma y
el tiempo de espera, te llevan a fusionarte con el entorno, en ser algo más del
paisaje, incluso la respiración parece que se mezcla con el viento. Es un
momento ideal para reflexionar, pensar… o simplemente disfrutar de la soledad
en la noche. Hay tiempo para todo. Los ojos no dejan en cualquier caso de escrudiñar
el horizonte en busca de movimientos, y los oídos se afinan para filtrar algo
que no sean ranas… No te aflijas, sal y ven a mi encuentro, deslúmbrame con tu
sonido y con tu imagen, es lo único que me falta.
De tanto esperarte el tiempo
me acabo de percatar que se me ha escapado de las manos, como diente de león
que mece el viento. Tan centrado que estaba en ti y en las maravillas de la
noche y del paisaje, no me he dado cuenta que son las 12 y cuarto y que la hora
del aguardo ha finalizado. El campo ha estado por mi lado muy tranquilo, ni una
rama delatadora, ni nada de nada. Sólo ranas y grillos. Así es la caza en
abierto.
Recojo y sin vacilar me bajo
de mi puesto, lo que tenía que ser para hoy ha sido, y hoy no me tocaba. No me
importa, otro día será.
Inicio mi retorno por la
senda que lleva al coche, cuando de repente la tranquilidad de la noche queda
ensordecida por un estruendoso sonido de disparo. Bammmmmmmmmmmmmmmmm. Lo
primero que pienso es que no sé de donde ha venido, y que como no conozco los
tiraderos en caso de fallo no sé si el
animal que haya provocado el tiro, ha podido escapar e ir a parar a mi puesto…
pienso por un momento en volver… pero no vacilo, mi tiempo ya ha concluido, y
mi deseo es que mis compañeros hayan tenido éxito.
Aguardo en el coche junto a Amalio que ya se ha recogido, e intercambiamos impresiones de la noche. Él
también ha estado tranquilo. Pronto aparece Raúl,
“Mi hermano ha conseguido
quedarse con una buena guarra” parece que la noche no ha sido vana en cuanto a
resultados.
Éste no tarda en llegar, y
junto a él acudimos para cargar el animal, al que había sido su puesto.
A la luz de los focos,
vislumbramos que es un buen animal, grande, de unos 70-90 kilos y que tiene
inlcuso trofeo.
“la verdad ya tenía todo
recogido, ya era la hora y había estado todo tranquilo, ya no tenía esperanzas
y no había tenido muchas en todo el aguardo, el otro día habiéndose cazado
aquí, no me esperaba nada, cuando de repente por el rabillo del ojo, me ha
parecido ver una sombra cruzar como el rayo de un árbol a otro, sin tardar me
lleve el rifle a la cara, y allí estaba pasando de sombra, analice el tamaño y
lo vi grande, no vi rayones ni nada y disparé. No sabía que era hembra” así nos
relataba el afortunado cazador su lance ¡Enhorabuena Carlos!
La nota curiosa es que con la
noche y con los nervios del momento, no nos habíamos fijado pero la guarra
vieja y machorra… no era tal y era un macho en buena lid… de ahí su trofeo que
ya el protagonista estoy seguro guarda con cariño.
En fin ya estamos volviendo,
mañana será un día duro en la oficina, sólo me esperan un par de horas de
sueño, pero poco me importa, estoy feliz, no me importa no haber tirado aunque
confieso que me hubiera gustado, pero bueno me quedo con sentir el aroma del
monte, el ruido de la noche, en definitiva con otra buena jornada de caza. Pero
sobre todo me quedo con la compañía de tan estupendas personas como son Carlos
y en especial mi amigo Raúl @BlazquezV8 al que agradezco enormemente la oportunidad que me
brindó.
A ti querido guarro que llevo hablándote desde ayer, a
ti que no quisiste beber ni entrar a bañarte en mi presencia, que no quisiste
que tuviéramos nuestra cita, que vacilaste en algún momento y desconfiaste, o
que simplemente te quisiste hacer de querer y de desear un poquito más… porqué
te las sabes todas, sólo te deseo que me esperes, que yo te esperaré, que algún
día a la luz de la noche y con la armoniosa melodía del campo como testigos, nos encontraremos y nos veremos las caras. Entre tanto perdóname si te sigo
inventando en mi cabeza y te sigo hablando de vez en cuando, pero eres mi sueño
eres mi obsesión.
CONTINUARÁ
PD: PROXIMAMENTE SALDRÁ EL VIDEO DE ESTE CAPÍTULO CON MUCHAS MÁS FOTOS. ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTA MEZLA DE FOTOGRAFIAS DEL DÍA CON LAS QUE RECREE CON PLAYMOBIL.
Bonito texto y fotos, enhorabuena Dani
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio!
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